Una fuerte noche de lluvias ha puesto el convento patas arriba. Cuando amanecen, las hermanas encuentran en la capilla donde aguarda la Santa, una extraña pintada en rojo que reza, nunca mejor dicho: "Dios si existe". Así, sin tilde en la "i". 

Sor Milagros ha sido la primera en verla y echarle fotos. Está emocionada porque piensa que es un milagro que la Santa ha concedido al convento. En contraposición está Sor Enriqueta que, lejos de pensar en un milagro, cree que ha sido obra del mismísimo Satanás, ¿o es que no ven las letras rojas? Y lo que es peor, algo en su interior dice que ha sido por su culpa. La tercera en discordia es Sor Prudencia que, directamente, no tiene una opinión. Aunque, eso sí, muchas náuseas. La voz autoritaria de la Madre Superiora o, como ellas la llaman, "Madre, madrísima, madre" les impone una respuesta a lo que ella considera una atrocidad. 

El día transcurre en una normalidad impuesta. Mientras hacen virgencitas para el mercado, limpian la sala de instrumentos musicales y juegan al bádminton, los secretos empiezan a salir a la luz. Sor Milagros les cuenta a sus seguidores de TikTok cómo fue su noche: limpió tanto la capilla que cayó en éxtasis, vio un vómito, a la Santa y unas grandes letras en rojo en la pared. Pero Sor Prudencia le confiesa a la hermana Enriqueta que, en realidad, fue ella la que vomitó. Después de pasar la noche en una fiesta a la que fue invitada el día anterior, volvió al convento y fue allí mismo, frente a los ojos de la Santa, donde expulsó el júbilo de su alegría en forma de vómito y aparecieron las letras. ¡Eso es! La hermana Enriqueta le cuenta a la Madre Superiora que fue la hermana Prudencia la que hizo aparecer las letras en rojo: su pecado la llevó a un punto álgido y divino que provocó la aparición de la pintada. En definitiva, un auténtico milagro obrado por ella, ¿o no es cierto que es la única que no sabe cuando "i" lleva tilde y cuándo no?

El milagro propio o ajeno, la obra de Satanás o un posible acto vandálico podrían ser diferentes explicaciones de un mismo hecho. Pero solo uno será el elegido. Sea lo que fuere, al final del día, la fe todo lo puede.