Tras un tiempo sin verse, Julián decide organizar una cena en casa de sus padres para anunciarle algo muy especial, que no tiene todavía muy claro cómo va a ser asimilado en su familia, pero que al final puede llevar a conclusiones no esperadas. ¿Serán buenas?

Una beca de investigación en Vancouver precipita que Andrés y Julián quieran contraer matrimonio antes de emprender su viaje a la ciudad canadiense. Solo hay un pequeño problema, y es que Mercedes y Ramón, los padres de Julián, piensan que son una pareja tradicional, al referirse  al otro por su diminutivo: Andy. Esto llevará a una serie de malos entendidos y disyuntivas que nos harán reír sin parar, y más aún si cabe, cuando aparece en escena la hermana de Andrés, Beatriz, que se presenta en la casa de los padres de Julián sin avisar. A una situación ya bastante incómoda, hay que sumar que Beatriz es monja, lo que aporta un toque todavía más realista y cómico a esta obra.

Una cena que no va a dejar indiferente a nadie y sorprende a quien menos se lo espera.