Venecia (belleza), espacio único de forma y color, de textura y pátina, de historia y pérdida, de luz y sombras, de lo que tuvo y perdió, de lo que muestra y esconde, de lo exagerado y lo simple, del esplendor y el declive, de la vida y lo que ya no vive, de lo que perdura y lo que se pierde, del amor y el olvido. Un viaje hacia dentro, un espacio cerrado, que envuelve, que sobrepasa la imaginación, que te sale al paso, te sorprende, te cautiva, te enamora, te acongoja, te muestra, que no enseña todo, que esconde, que luego se desvanece.

Este trabajo, realizado durante dos años, incluye 75 obras entre óleos sobre lienzo, pinturas con pigmento natural veneciano al temple sobre madera, acuarelas sobre papel de arroz y sobre papel marrón, y bocetos al carboncillo sobre papel blanco.

Este trabajo viaja por el tiempo, desde el Treccento en Venecia, con la técnica de los maestros del pigmento natural al temple, y se inspira en Picasso, en sus rayas, en sus rombos, en ese color azul, en ese rosa, hasta abrazar técnicas de abstracción y geometría.

Se detiene, como me detuve yo, impresionada, fascinada, inspirada, en la figura de Peggy Guggenheim, en su Palacio de Vernier, Inacabado, que fue su casa museo y que es la imagen de cartel de esta exposición. Esa mujer que lo dio todo por y para el arte, y cuya relación con Picasso marcó seguro un antes y un después, y que todavía sigue inspirando.

¡Os espero!

Ronquino