Un hombre abre los ojos y es acusado de violar la ley. Entonces descubre que es el protagonista de una ficción que desconoce y de la que sólo podrá salir si es capaz de cumplir su condena.

"Yilá" significa sonrisa en Chaná, lenguaje que pertenece a los indígenas de la zona del litoral argentino, y que fueron las y los primeros pobladores de ésta tierra. A ellas y ellos les debemos el valor y el respeto por el ecosistema, la artesanía, la paz y el silencio. Su compromiso con el silencio era tal que la risa no estaba permitida en tanto impedía estar atento a los misterios y sonidos que el ambiente les tenía preparados. En la obra, en cambio, que es un unipersonal donde el actor interpreta a tres personajes, el protagonista es forzado a reírse bajo amenaza de castigo. Cualquier individuo que no cumpla con las siguientes leyes: ser feliz a todo costa, ignorar la tristeza ajena, siempre llevar puesta mi mejor sonrisa Será condenado a actuar. Y el deber del condenado es el de recordarle a la sociedad el valor de la risa a través de la actuación.

DIRECCIÓN Y PUESTA EN ESCENA: Carlos Romagnoli

ACTUACIÓN Y DRAMATURGIA: Pablo Boffelli

PRODUCCIÓN: Claudia Giordana

VESTUARIO: Lorena Fenoglio

ASISTENCIA COREOGRÁFICA: Rocío Martín

FOTOGRAFÍA: Lucas Fonseca

ASISTENCIA FOTOGRÁFICA: Ligia Majul

REGISTRO AUDIOVISUAL: Compañía de Teatro "La Escalera"

COMUNICACIÓN Y REDES: Alita Molina